Piedad????.. ni lo pienses…

Con Akira habiamos logrado cierto estado de compañerismo, eramos una especie de compinches… pero no podia totalmete confiar en ella, no podia bajar mi guardia totalmente, seguimos siendo enemigos, hasta que el dia de la triste batalla llego, sabia que debia haberlo detenido, iva camino a casa de mi madra cuando en mis oidos oigo una voz rasposa, muy dañada, casi como un espectro…

"Me recuerdas???? Amigo????"
"Naxo???? … que ha sido de ti!"
"ahora te vienes a preocupar por mi… no sabes lo que me ha perseguido esta maldicion que tu liberaste… no creas que no lo se… tu me hiciste esto, no creas que saldras impugne…"
"Vamos, no puedes ser tan…”

Fui interrumpido por una de sus garras, atravezando el aire, cortando mi cara, marcando asi la pelea, mi muñequera no estaba, no habia necesidad de ella lo iva a matar esta vez, no podia perdonarle golpearme, no podia perdonarle, no recibir una peticion sana de disculpas, no era el, el caza-almas se habia apoderado de su cuerpo, estaba muerto mi amigo… Debia vengarlo…

Mi espada salio de la nada, cortando el aire, con ansias de matar, sedeienta de sangre...
Se movia sola, en mis manos no habia nada solo estaban mis manos vacias, pidiendo golpearlo en la cara, de la nada en mis manos apareieron las manoplas de Akira, mi cuerpo se adecua a mis emoiones!!!
Las empuñeen el aire, y fui directo a su cara, la espada era mi apoyo, en la cual ella era quien lo distraia, el luchaba con sus uñas... los trozos de uña volaban por los aires, mientras estas se regenraban, poco a poco fui agudizando mi mirada hasta que pude vislumbrar la silueta de Antigos moviendo habilmente lla espada, casi queriendo matarlo, su expresion no era la misma, era mas sanguinaria...

Las manoplas, eran cada vez mas pesadas, me acerque a la gran contienda entre estos dos verdaderos angeles, me acerque a ellos cortando el aire, las manoplas empezaron a arder en miles de llamas que misteriosamente no me quemaban, pero aun asi eran muy calidas, como para no sentirlas, poco a poco me empezaba a doler, dejando leves cicatrizes en mis brazos, me acerque a la batalla, golpee en dode se cruzaban las espadas de los contendientes, las uñas del Naxo, volaron en millones de pedazos en ela aire, cayendo como una leve lluvia sobre el suelo, dejando ua pequeña estela de dolor por las calles, el impacto producio una gran resonancia haciendo que Naxo aullara, en su pecho se denotaba una siluta de una mano...

En mi mente, resono la voz original de mi amigo:
"Piedad, no mates en lo que me he convertido..."